Mastúrbate
úntate
cada pezón con miel
y baja el mentón,
la lengua
saben dulces,
toca circularmente cada punta morada,
agrietada o lisa
y luego acaricia el vientre,
el ombligo,
haz cine o literatura con la mente
pero no olvides los pezones,
la miel, el dedo circular
hazlo frente al televisor
mientras te ríes y te humillas:
mastúrbate,
abandona,
cuida el clítoris como a la piel de un niño,
escucha el viento que suena detrás de la ventana cerrada,
guarda tu jugo a escondidas del mundo
y mastúrbate,
que tus piernas comiencen a abrirse
y a cerrarse
que tu murmullo sea un gemido ronco,
grito agudo en el aire,
en el hueco que pide penetración,
contacto,
habla despacio
hazlo en silencio
pero gime
aúlla murmura
aunque sea el goce
el rozarse de tu pelo en la almohada
en la alfombra en la nuca,
mastúrbate,
hasta que las rodillas tiemblen
hasta que caigan lágrimas
y suene esta vez no un viento sino un timbre
y otro, regular la campanilla,
recién entonces
dilátate como en el parto
lubrica tu vagina,
0 el tubo que sigue llamando, levántalo,
bájalo introdúcelo y escucha ahora su voz,
lejana, ajena,
y cierra tus ojos,
su boca tan adentro.
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2 comentarios:
Juego exquisito, lascivo, donde ningún detalle queda librado al azar, hasta que el encuentro se produce,allí, donde el deseo convoca.
Un placer.
Me encantó el comentario de Otra mirada. Me parece una buena perscepción del poema.
Josefina Gullo
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