jueves, 1 de agosto de 2013

ENCUENTRO (Cuento de Roberto Vera)

Fue entonces cuando la vi. Estaba acurrucada en un rincón del cuarto. Menuda, simple, asustada, como una criatura huérfana.
No tardé en hacerme entender. Al poco tiempo, fuimos amigos. Me tomó confianza. Le di de comer un pedazo de pan, que era lo único que tenía a mano. Y me miró con ojos muy dulces.
Cuando la llevé para el dormitorio parecía que su cara se achicaba, me decía algo así como que no me merezco, por qué hacés esto por mí…
La tomé de su cabecita y la besé con ternura. Me pasó su lengüita por mi mano.
—Debemos dormir. Es tarde —le dije.
Ella asintió moviendo la cola.


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