martes, 8 de abril de 2014

ELEGÍA A RAMON SIJÉ (De Miguel Hernández*)

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento. a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento. Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler me duele hasta el aliento. Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado. No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida. Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos. Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo. No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada. En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes sedienta de catástrofes y hambrienta. Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte. Volverás a mi huerto y a mi higuera: por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores. Alegrarás la sombra de mis cejas, y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas. Tu corazón, ya terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado. A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero. . *Miguel Hernández. Poeta y dramaturgo. Nació en Orihuela, España, en 1910. Hijos de campesinos pobres, su formación fue escencialmente autodidacta, pues no pudo pasar de la escuela primaria. Leyó profundamente a los clásicos de la poesía española. Después llegó a Madrid y conoció a los jóvenes poetas españoles del momento.: García Loca, Aleixandre, Salinas, Jorge Guillén y también al chileno Pablo Neruda. En sus obras es notoria la influencia de Góngora y de los surrealistas en boga en esa época. Al estallar la guerra civil, a raíz de la rebelión fascista, se alistó como soldado y defendió la República con el fusil en las manos y con sus poemas. En 1942, a los 32 años de edad, murió en la cárcel franquista de Alicante. Sus obras más importante: ”El rayo que no cesa”, “Perito en luna”, “El silbo vulnerado”, ”“La nana de la cebolla”, “Viento del pueblo”, “Cancionero y romancero de ausencia”. El poema que aquí publicamos, “Elegía a Ramón Sijé”, lo escribió al enterarse de la muerte de su amigo de la infancia y adolescencia. Y constituye una de las elegías más bellas escritas en lengua castellana. Roberto Vera .

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